El proceso de recolección manual de muestras puede resultar ineficiente si se trata de registrar de manera recurrente. Gracias al desarrollo de las tecnologías de transmisión inalámbricas, el proceso de detección de parámetros de calidad de agua se puede realizar de forma remota y de manera continua en el tiempo.
La estación de monitoreo remoto es una boya equipada con distintos sensores de medición, acoplados a un sistema de almacenamiento y transmisión de datos que miden variables físicas y químicas del ambiente. Esta herramienta permite el registro y visualización en tiempo real, desde un dispositivo con acceso a Internet, de parámetros fundamentales para el monitoreo de la calidad del agua: temperatura, conductividad, oxígeno disuelto, saturación y turbidez.
Esto es posible gracias al desarrollo de tecnologías WSN (acrónimo de Wireless Personal Area Network). El sistema requiere de una alimentación de energía, la cual se realiza por medio de placas solares instaladas en la torre de control. Una parte de la energía acumulada en las baterías se destina al funcionamiento de los sensores y a la transmisión, cuyos nodos emiten información hacia un receptor. Posteriormente, vía GPRS la información se transmite hacia una plataforma remota que permite visualizar los valores obtenidos para cada parámetro.
Otras opciones de transmisión consideradas fueron: la radio frecuencia, muy útil para alcances lineales de entre 5 a 10 km pero que podría presentar interferencias; y la señal satelital, cuyo costo económico es más elevado.
La información que entrega esta tecnología tiene altos niveles de precisión y está disponible indistintamente de las condiciones climáticas; sin embargo, es importante tener en consideración que esta información corresponde solo a un solo punto en el lago, por lo que sus los resultados no deben utilizarse para sacar conclusiones sobre la calidad del volumen del cuerpo de agua.
La función de la boya en la estación de monitoreo es la de proveer un espacio flotante y anclado al suelo en el que poder fijar los sensores, que son los encargados de tomar las mediciones de calidad del agua. Si bien su uso está muy extendido, puede ser excluido en caso de contar con un punto fijo en el cual poder instalar los sensores, como por ejemplo bordes costeros, muelles o ductos de descarga.